
El uso de Bots en redes sociales es una práctica cada vez más extendida, pero ¿hasta qué punto es ético su uso? ¿No es un sinsentido usar robots en unos canales que buscan precisamente generar conversación y fomentar la comunicación bidireccional?
«23 millones de cuentas de Twitter son manejadas por bots”, o lo que es lo mismo, un 8,5% de usuarios activos tuitean automáticamente “sin ninguna acción perceptible adicional realizada por él mismo”, según cifras de la red social. Estos datos merecen una reflexión. Nuestra postura al respecto es clara: decimos un NO rotundo al uso de robots en las redes sociales por un motivo muy claro: a un perfil social se le presupone una autenticidad; si al final las redes sociales son colonizadas por bots perderán su propia esencia.
Hemos asistido a la revolución de las redes sociales. Estas nuevas plataformas han cambiado la forma de comunicarnos y han permitido que todo el mundo pueda hacer uso de ellas sin necesariamente poseer unos conocimientos informáticos, más allá del uso doméstico. La bidireccionalidad juega un papel esencial: las redes sociales no están sólo para informar, sino que van más allá: son un espacio para conversar, compartir o criticar… entre personas.
Y ojo, no estamos en contra de usar herramientas para programar mensajes en redes sociales, lo que rechazamos es el hecho de crear un perfil con un algoritmo y que sea un bots el que emita mensajes por uno mismo. Seguro que os habéis topado con una “cuenta sospechosa” en más de una ocasión. En realidad, son cuentas son difíciles de detectar, ya que al igual que los perfiles reales, tienen una bio, fotos de perfil y, eso sí, un abultado número de seguidores.
En sus orígenes, los bots eran cuentas que creaban los propios usuarios para publicar cosas que no querían mostrar en sus cuentas personales, pero su uso actual ha ido más allá. Son utilizados –con frecuencia- en campañas y debates políticos para aparentar tener una influencia mayor y –en muchos casos- para lanzar spam o como falsos followers.
Generalmente, este tipo de cuentas se abren en Twitter porque además de ser amigable para los programadores, se trata de una red social en la que añadimos usuarios sin conocerlos, a diferencia de otras, tipo Facebook.
Guillermo Pérezbolde (@gpbolde), profesional de Social Media, idenfitica cinco tipos de bots: los Testing Bots, que son creados por desarrolladores para realizar pruebas de aplicaciones; los Following Bots, cuyo único objetivo es seguir a otras cuentas y son usados para inflar la cifra de followers; Traffic Bots, que buscan generar tráfico en sitios web pero de manera artificial, algunos de estos robots están programados incluso para hacer clic de manera automática en banners; Trending Bots, que se dedican a generar conversaciones con el objetivo de convertir un tema en trending topic, y los Crisis Bots, que atacan o defienden, depende del caso, a cuentas o temas y buscan generar una idea negativa de una marca o empresa.
Aunque no lo creáis, no existe ningún tipo de regulación en torno al uso de Bots, no obstante, su utilización no está bien vista, de hecho, Twitter está combatiendo desde el año 2011 el uso de estos robots (Twitterbots) dando de baja aquellas cuentas que detectan como bots y generan spam.
Al hilo del tema, surge otro como es el de la compra de seguidores que, aunque no necesariamente es exclusiva de las cuentas robots, suelen estar ligadas. Hoy en día podemos encontrar numerosas páginas en la red en las que por 10 euros puedes comprar 1.000 seguidores, por 17 euros, 20.000, y así hasta 150.000 seguidores por mil euros. ¿Qué conseguimos con esto? Cualquiera que trabaje en este mundo sabe que no sirve para nada, porque nunca podremos hacer ningún tipo de conversión con perfiles falsos (estos seguidores no hacen RT, ni marcan favoritos…).
¿Cuestión de ética o juego sucio? Cada uno elige en qué bando quiere jugar, pero los que opten por el segundo deben saber que las malas prácticas en redes sociales se acaban pagando. Twitterbots, compra de seguidores, spammers, todos cabe en el mismo saco.