
El ser humano es un animal de costumbres pero sus hábitos han cambiado. El momento de relax con toda la familia frente a la televisión sigue siendo indispensable aunque ya no es la televisión la protagonista de la velada, o por lo menos no del todo.
No es necesario hacer un estudio sociológico para comprobarlo. Sólo tenéis que esperar a la noche y mirar a vuestro alrededor en el sofá. ¿Qué tiene tu familia en las manos? O mejor dicho, ¿Qué has cogido antes de sentarte en el sofá?
Exacto. Smartphones y tabletas apartan nuestra atención de la televisión que, aunque aún permanece encendida, nos resulta aburrida e impersonal. El «prime time» televisivo, por el que luchaban agencias y anunciantes, está siendo cada vez más ignorado, reemplazado por unas pantallas pequeñas e inteligentes. Para que nos hagamos una idea, un estudio de Flurry nos cuenta que el norteamericano medio dedica 220 minutos a las aplicaciones móviles, frente a los 168 minutos en los que ve la tele. Si a eso le sumamos que, según un estudio de la IAB, un 38% de los espectadores de EE.UU y Canada usa normalmente el móvil mientras “ve” la televisión, esos 168 minutos de los que hablábamos antes pierden aún más fuerza. Seamos sinceros, si estás siguiendo los hashtags de Twitter mientras ves el último capítulo de The Walking Dead, reírte te ríes, pero el capítulo no lo ves. Y ni hablemos del caso que le haces a las pausas publicitarias.
Por otro lado, la televisión como la conocemos ahora está destinada a desaparecer. Aplicaciones como Youtube RED o Netflix nos permiten abandonar las premisas de horario, programación y lugar: Todo vale. O casi. Aun así un 91% de los españoles prefiere ver esos vídeos online en casa, frente al 35% que lo hace fuera. ¿Por qué? Por el consumo de datos, claro está. Uno no se deja llevar igual por los placeres de la visualización online cuando está preocupado en si le llegarán los datos hasta el final del viaje en autobús, por muy largo y aburrido que éste sea.
Como os decíamos al empezar, los hábitos de consumo de información y contenidos han cambiado y estamos en un periodo de coexistencia de la televisión como la conocemos, y los dispositivos móviles y sus aplicaciones de visualización online. Hasta ahora esa convivencia se basa en una competición entre ellos que la televisión sólo salva con contenido exclusivo en primicia – ¡Anda! Como con el cine…– y con el uso de hashtags en sus programas, o aplicaciones como las de Gran Hermano si el presupuesto es mayor. La pista de la importancia de este cambio nos la termina de dar Facebook, visionario donde los haya, que actualmente está ofreciendo opciones especiales a los perfiles de cadenas de televisión para aprovechar que los usuarios no sueltan el móvil durante el famoso prime time.
Viendo estas cifras, no es de extrañar que los esfuerzos de las empresas vayan cambiando de receptor hacia la pantalla más pequeña de la casa. Estamos ante la evolución del prime time que lejos de desaparecer de nuestro tiempo relajación, seguirá sigue siendo el mismo mientras la dependencia del wifi nos limite y no nos permita cambiar todavía de soporte y de valores.