
Los lamentables sucesos acontecidos el pasado viernes en París han puesto en evidencia una vez más la utilidad y la relevancia que las redes sociales están cobrando, no sólo en el día a día de las sociedades, también en sus momentos más críticos.
En este caso las redes no sólo han sido transmisoras instantáneas de la información, también han sido un elemento clave de comunicación en los momentos más duros de la crisis. Y una herramienta de ayuda y de colaboración muy útil.
Gilles Lecrerc es uno de los ejemplos de cómo la red ha servido y está sirviendo para canalizar la solidaridad colectiva, el sentimiento general de pesar y la información útil.
Gilles subió a Instagram una foto en la entrada de la Sala Bataclan poco antes del concierto. Después silencio.
Días después su perfil de Instagram sigue acumulando mensajes de todo el mundo interesándose por su estado (más de 5.000). Gilles es uno de los muchos desaparecidos. Su hermana ha abierto incluso una página en Facebook para canalizar la ayuda e información que permitan localizarlo.
Nos parece un ejemplo perfecto de la esencia de las redes. De su utilidad y su objetivo real.
Los afectados lo contaron directamente
La tragedia de París ha constituido un ejemplo más de cómo los usuarios de redes sociales utilizaron sus dispositivos móviles para dar a conocer lo que ocurría a su alrededor. Desde la Sala Bataclan, usuarios de redes sociales escribían tuits o entradas en Facebook intentando dar a conocer al mundo lo que allí dentro ocurría.
Uno de los mensajes más difundidos fue el de Benjamin Cazenoves, que logró conectar con Facebook desde su móvil mientras permanecía dentro de la sala de fiestas parisina para pedir ayuda.
Safety check de Facebook
Pocas horas después de conocerse lo ocurrido, Facebook, la red social por excelencia, activó su ‘safety check’ un sistema que ya ha empleado en ocasiones anteriores con motivo de catástrofes de gran magnitud. La primera fue a raíz del terremoto de Nepal, pero también lo hizo con Chile.
Con ‘safety check’, cualquier persona ubicada en París podía notificar a su comunidad que se encontraba bien y a la vez, quienes tuvieran conocidos en la capital gala, podían estar al día de cómo estaban sus amigos, familiares o conocidos. Con sólo pulsar este enlace Facebook ha brindado, una vez más, alivio e información a muchas personas a nivel internacional, aunque ya hay voces que critican que la red social no movilizara este recurso hasta este atentado en concreto.
Hangout gratuito
Pero no es el único gran ejemplo. Google habilitó también en pocas horas la conexión internacional vía Hangout gratuita.
Enlaces y líneas específicas para Android e iOs con Francia permitieron abrir un canal de comunicación libre de costos que, con toda seguridad, ha sido de gran ayuda.
Twitter ardió
Y como no, la gran red de microblogging, Twitter ha servido como extraordinario canal de comunicación.
Mediante el hashtag #ParisAttacks nos informamos de lo que ocurría durante los primeros momentos. A continuación, otro hashtag #PorteOuverte sirvió a los parisinos para brindar refugio a quienes lo necesitaran en sus propios hogares. Tras los atentados, la recomendación de las autoridades fue no salir a la calle y permanecer en casa, y #PorteOuverte sirvió para ofrecer y localizar refugio próximo a quienes lo necesitaban.
Muchas han sido las etiquetas que han surgido para transmitir el dolor y la indignación global ante los atentados y sus crueles consecuencias. #Tristesse, #PrayForParís, #NousSommesUnis, #Paris y #TodosSomosParís, en castellano, han canalizado la ira y frustración colectiva ante semejante ataque.
La imagen de la tragedia
Igualmente varias han sido las imágenes que, de forma inmediata y viral, han venido a ilustrar el dolor de la sociedad francesa e internacional. Con la Torre Eiffel como gran protagonista, estas imágenes han corrido por todas las redes como señal de luto colectivo.
De hecho, Facebook promovió la introducción de cambios en los avatares de sus perfiles para demostrar la solidaridad con los afectados. La bandera tricolor ha inundado así durante horas los perfiles de sus usuarios en señal de repulsa por estos salvajes asesinatos.
Los terribles acontecimientos de París han puesto en evidencia, una vez más, que las redes sociales han actuado como medio de información, servicio de utilidad pública y canalizador de la indignación popular en momentos de emergencia social.